jueves, 27 de marzo de 2014

Los hijos de nadie

Esto es algo nunca visto, antes cuando un estallido social, ejemplo el 1989, el Caracazo, salía la gente, la gente adulta, y ésta resguardaban a sus hijos.

Ahora, mandan a sus hijos a la calle, insólito, y yo me pregunto: ¿estos son hijos de quien?, porque parece que a nadie le duelen.

Sería curioso descubrir, que si les preguntamos a esos estudiantes: ¿que hace tu mamá?, ¿donde está?, muchos responderán: "quien sabe", "ahorita no debe estar en la casa", "mi mamá siempre está trabajando", "mi mamá es médico", "mi mamá es abogado", "mi mamá es profesora universitaria", "mi mamá es comerciante", y si les preguntamos donde está papá y qué hace, las respuestas son aun más breves: "mi papá no está", "mi papá se fue", "mi papá es taxista", "mi papá es gerente", "mi papá es dueño de tal o cual".

Y digo que resulta curioso porque si en un principio te preguntaste: ¿estos son hijos de quien?, facilito lo sabes ahora, la respuesta está bien clara: "quien sabe", "mi mamá siempre está trabajando", "ahorita no debe estar en casa", "mi papá se fue". Estos son los hijos de nadie...

Los hijos de nadie son los que tienen todo el lujo material que puedan tener, pero toda la falta emocional de la que puedan carecer. Los padres de los hijos de nadie son padres ausentes, presentes en cuerpo físico, distantes en sentimientos y emociones.

Y quizás esto suene a psicología barata, ya habremos escuchado repetidas veces este discurso sobre los padres de esta época, que en su afán por no repetir una vida de limitaciones, incluso miseria y hambre, trabajan, trabajan y trabajan por el obtener el bien material, y darles a sus hijos todo lo que ellos nunca pudieron tener, pero fallan en la crianza.

Es ese querer darles una vida de comodidades que ellos mismos (los padres) nunca vivieron, hace que pierdan lo más importante, la base fundamental, que es tan base y tan profunda que ellos mismos (los padres) no la percibieron, por tanto no repitieron... la base es el respeto, la disciplina y obediencia, el amor desde el temple y el carácter, obviando los golpes y agresiones físicas por las que pasaron muchos, y que es lo único que recuerdan otros cuantos... como si ese ambiente no hubiese sido el propulsor de lo que ahora son, como si no es gracias a eso, además de la actitud y otros cosas, que ahora son tan, tan responsables y trabajadores.

Y le han quitado eso a sus propios hijos... es así, como los padres de hoy crían a sus hijos, con la capa de benefactores extremos: "todo lo que quieras te lo doy", inclusive me atrevo a decir que ni siquiera escapó nuestro gobierno. Hugo Chávez, nuestro comandante eterno, como padre, también crió a sus hijos así estos 14 años, en ese afán de protector, de benefactor extremo, que sus hijos vivieran ahora de todo lo que nunca han podido, todas las oportunidades que pueda darte te las brindo hoy, "todo lo que quieras te lo doy", y con ello, al igual que todas las madres y padres de esta patria, nos han negado a nosotros, sus hijos, la oportunidad de ser un hombre o mujer trabajador...

Lo dicen los estudiantes: "Queremos ganarnos todas esas cosas con el fruto de nuestro propio trabajo", y a eso le suman: "No me vende a quien compra conciencias, este gobierno", y yo me pregunto: ¿Acaso no te has vendido ya a los obsequios de tu benefactor?.

No a este gobierno, que también es padre, protector de un país, sino al benefactor particular que vive contigo, a ese protector que le dices mamá o le dices papá, ¿acaso no te has vendido ya?, ¿acaso no cuentas con luz, comida, casa, carro sin ser fruto de tu trabajo?, o ¿acaso no cuentas con estudios, pagados, sin que eso te costara sudor?, o para simplificar, ¿acaso no cuentas con lujos, con un celular de última generación, con una laptop, con una tablet sin haberlo trabajado, sin haber sido eso fruto de tu esfuerzo?, estas reflexiones de la realidad sociocultural en Venezuela deben hacerse cabeza por cabeza, es decir, comenzar de uno en uno, tocar conciencia en conciencia... Porque no es fácil, hay que echarle cabeza pues.

Yo me pregunto: ¿ Realmente qué pasa con estos estudiantes?, se están enfrentando a algo que los tiene paralizados, se sienten estancados, quieren trabajar, sufrir por su propia cuenta la vida, vivirla... entonces déjenlos, ya, suéltenlos de cadenas, déjenlos que se equivoquen, se levanten y vuelvan a comenzar... déjenlos padres, déjenlos madres -en todos los sentidos, de todos los estratos-, sus hijos necesitan de alguien que les brinde apoyo, amor, protección moral, no ser hijos de nadie que los valore como seres pensantes e inteligentes, nadie que les brinde confianza en de que sí se pueden superar, nadie que los protege de lo malo por siempre... No nos merecemos ser hijos de nadie, necesitamos alguien en quien confiar... Ese es el grito de los estudiantes en la calle: "No te queremos a ti, que das todo (material) y no das nada (moral), queremos trabajar, por nuestro propio futuro", y yo me atrevo a concluir que es: "Porque venimos de ser sobreprotegidos, ser hijos de nadie... Y queremos ser alguien."

Paz y solidaridad.

#VenezuelaQuierePaz

#19F

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